lunes, 24 de diciembre de 2007

ELIANA GODOY GODOY

EXTRAÑA COMPAÑÍA

Cuando todo parece solitario
acompaña temporal copioso.
La noche revienta en alaridos,
la vida muestra otro rostro.
Los ogros se quitan la careta,
dejando al ángel descubierto.

Cuando todo parece solitario
desatan palomas los rincones.

DIME

Dime sin zancadillas
de tus cristales en flor,
del castillo de naipes
y el remanso sin rencor.
Dime cómo te crecen
hidromieles de fulgor
cuando luciérnagas mueren
y su ausencia es dolor...

UNA PÁGINA MÁS

Hoy el crepúsculo
del que formo parte,
redacta en arreboles una página más
para el olvido.

CUANDO DECLINE LA LUZ

Cuando decline la luz
y sólo esté adivinado aliento.
Cuando apenas sea
en el negro
un punto tibio,
permíteme reir a carcajadas
y ser en lo invisible
esencia de algo.
Después, tal vez, el tiempo,
profundo vaso rebosante,
encienda
su lámpara de lágrimas.

Obra Poética: Entre muchos otros títulos: "Fulgores y sombras" (1957);
"Cascada lírica" (1950); "Delirio de amor" (1961); "Orquídea negra" (1964);
"Después" (1998); "Brevedades" (2000)

viernes, 14 de diciembre de 2007

SARA VIAL
(1931)

NO COGERÁS EL MAR

Inútil es volver sobre el camino,
distinto corazón, ajeno paso
te vuelve a cada instante como un vaso
que nunca destilara el mismo vino.

Inútil perseguir al desatino
de anclar entre las nubes un regazo,
no cogerás el mar bajo tu brazo
ni el brusco atardecer que sobrevino.

Mejor soltar la amarra con dulzura
y no evocar la diaria quemadura
ni el agua del azar que la deshace.

Mejor saber morir en cada beso
y que el morirnos sea sólo eso,
hoja de vendaval, ola que yace.

GAVIOTA

Me he dejado llevar bajo tu vuelo
y en esta aérea luz desentendida
he sido un ala más, un ala huída
y leve como cardo de este suelo.

Un cuchillo en el aire es tu desvelo,
desenvainada pluma en embestida,
dibujo de la ola en tí escurrida,
mariposa del mar, hija del hielo.

Si como tú volar, si como pluma
blanqueada por el viento entre la bruma,
carnívoro relámpago que siento.

Mi corazón de sal se desligara
de esta agonía de llamarse Sara,
si como tú, no fuera sino el viento.

POR LA ARENA DEL MAR

Te mandaré una carta de rocío
para que al fin me leas, mar hermano,
de mar soy como tú, sal en mi mano
y ensimismado pez mi desvarío.

Respiro como tú, quepo en tu frío
y soy en las arenas mar lejano,
un castillo de sol, un sobrehumano
resto de vendaval en el vacío.

Oleaje es el vivir y oleaje canta,
un mar que sollocé fueron las penas,
un mar que sonreí fue mi garganta.

Por la orilla del mar ven a mi vida,
por el agua que el mar borra en la arena,
por la arena del mar que el agua olvida.

SARA VIAL

Obra Poética:
"La ciudad indecible" (1959); "Un modo de cantar" (1961);
"Viaje en la arena" (1970); "En la orilla del vuelo" (1973);
"Grabados y poemas" (1970); "Al oìdo del viento" (1977);
"Neruda en Valparaíso" (1984); "Mi patria tiene forma de
esperanza" (Antología 1954 - 1981)
LEONORA VICUÑA

NADIE AMA A NADIE

a Martine David, en esa Lyon desencantada

Nadie nos ama Martine.
Nadie ama a nadie.
Y tú sueñas con una muerte infantil,
un entierro en que todos te lloran
cuando viajas en trenes de bruma
en esta Francia de la soledad y la soledad.
Yo te digo que una vez tal vez amamos
cuando en la noche se enciende la brasa parpadeante
de los sueños
como un tejido de agua y viento,
o cuando algún desconocido sonriendo sobre el puente
alumbra con una mano transparente y abierta
todo el cielo que nos desborda.

Triste vivir en las ciudades Martine.
Triste el futuro deshilachando lentamente nuestras cabelleras.
Y saber que no hubo más libertad que la imaginaria
ni más amor que el de los cuentos de la infancia.

Soledad y soledad.
Oficio de silencios.
Masticar estas horas duras como panes
quemándose sobre un mantel desierto.
Y la loca manía de mañanas diferentes.
Y la sed invisible de Aventura y Vida.
¿Qué hacer?
¿Seguir de viaje con los brazos cargados de sueños
zurciendo pesadillas que nos ciegan diariamente?
¿Bajarse en alguna estación sin tiempo?
¿Desandar lo vivido?
¿O continuar con la tenue esperanza de otro cielo,
otros rostros
otras claridades?

VIGILIA

Tanta memoria para nada
para enloquecer oyendo pasos
que van y vuelven sobre sí mismos
por viejas ramblas abandonadas

Para siempre
La misma
Eterna campana
Y esa columna de humo allá lejana
Y las eternas lágrimas sobre las almohadas

Tanta memoria para la sombra
Cuando los espejos duermen
Y las puertas están cerradas

Otra vez
Otra vez esos pasos que vuelven
como lentas perdidas campanas
Como si nunca hubieran sido
Por viejas ramblas abandonadas
Oficio de bruma esta vida cotidiana
Y tú y yo
sentadas en un vagón como dos huérfanas
"en medio del camino de nuestra vida"

somos dos pájaras
de ojos desmesurados
atentas al perpetuo presente

Tú y yo Martine,
en esta Francia de la soledad y la soledad
nos miramos a los ojos en silencio y sabemos sin siquiera conocernos
que seguirán nuestros brazos remando
hacia los Paraísos que nos quedan por perder,
hacia el amor parpadeante que nos queda por alumbrar
aunque seamos dos náufragas solitarias
perdidas en medio de la gente,
aunque la muerte con sus ojos de relámpago
tenga en sus manos nuestras insignificantes vidas
y aunque nadie nos ame.

Porque nadie ama a nadie
en esta tierra de la soledad y la soledad.

LEONORA VICUÑA

Obra Poética:

jueves, 13 de diciembre de 2007

ANA MARÍA VIEIRA
(1945)

EL SUEÑO DE LA DONCELLA

Por la ventana ha entrado un hombre muerto,
blanca la sien y en sombra desvelado,
mientras la luna -ciega- se ha ocultado
bajo las luces más allá del huerto.

A la doncella toma en cuerpo abierto
y la corteja con su brazo helado.
Sueño del agua, sueño del amado
en este engaño del que todo es cierto.

El cielo entero goza y se estremece
cuando en amor disfruta que la bese.
Como una brisa queda deshojada.

Despunta el día. Ella se ha dormido.
Todo en su alcoba se ha desvanecido
menos la huella roja de una espada.

TEMBLOR DE AGUA

Fulgurantes cascadas
desgranan sus cristales
desde ánforas extrañas
Inmóvil bajo el cielo
recibo toda la inconstacia de la lluvia
Sus finas hebras entretejen
el sudario de las piedras:
transitoria humedad que purifica

De igual forma
el corazón de bordar sobre sus llagas
-con acerados hilos-
tan infranqueable manto
que sólo el amor con sus espadas
penetre su rojo laberinto

Sólo entonces podremos oír la lluvia y
contemplar con ojos nuevos
como el agua
al caer también se eleva

ANA MARÍA VIEIRA

Obra Poética:

"piélago" (1996), "peligros posibles" (1999);
"Por tan Profundo" (2002)